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Los Mochis, Sinaloa, Mexico
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lunes, 28 de marzo de 2011

El Jardín de Benjamín Francis Johnston


Ana María Garduño Gaxiola

Escribiéndoles desde nuestro paradisiaco jardín botánico o más común y erróneamente llamado “Parque Sinaloa”. Foco de inspiración de poetas y seudo-poetas, así como testigo de cientos de idilios, pubertos amores gestados entre la floresta y hojarasca que éste nuestro “orgullo mochitense” nos ofrece. Me he percatado que Thomas Bernhard no estaba tan trastornado al escribir lo anterior, ya que ciertamente el contemplar la omnipotencia de la naturaleza en este jardín, nos extasía y nos transporta a un mundo onírico e íntimo en el cual, el arte imita a la naturaleza en su orden. Siendo así aquí tenemos toda una magnifica y exquisita obra de arte...
 Proyecto de * Benjamín F. Johnston y la señora Johnston, diseñado por la arquitecta paisajista ** Florence Yoch Willingness quien nos ofrece una diversidad de estilos inspirándose en dos jardines italianos como: el de la villa "Doña Delle Rose", en Valanzibio y el jardín "Alá Biskra" de Argelia. Nos dan una idea de cuán valioso es este patrimonio cultural.

¿Cómo hicieron estos personajes para lograr transformar y acondicionar 12.76 hectáreas en un recinto íntimo, donde se alojara la casa grande de Benjamín F Johnston? La pareja se dio a la tarea de recolectar plantas procedentes de climas donde se da la caña de azúcar, desde el sur de España hasta Cuba, Filipinas, California, Islas Hawai; todas las plantas eran embarcadas hasta California y de ahí, eran enviadas por una red ferroviaria hasta Arizona y México. Mientras esto sucedía, Johnston construyò canales de riego desde El Río Fuerte y una planta de bombeo. Una de las más grandes; después de una que se encuentra en la ciudad de Chicago. Creando con esto, uno de los más completos sistemas de irrigación.

Estructura y geografía: después de un año de planeación, se inició la construcción en 1930. Cuando Yoch desafiaba la superficie plana y desnuda, imponiendo con su ingenio y perspicacia la estética natural. La entrada principal estaba compuesta por cuatro enormes pilares blancos de aproximadamente 18 pies de altura, coronados con suntuosos ornamentos italianos de terracota roja en forma de jarra de aceite. Posteriormente se encontraba fincada la casa grande, la cual tenía una fachada “toscazo italiano” y su frente apuntaba hacia el camino cañero. El terreno restante Yoch  lo dividió en 4 secciones (como el atrio o pórtico de un monasterio medieval)  se formaba con esta división una enorme cruz, en medio de la cual en el proyecto original de Florence Yoch, iba un espejo de agua, el cual estaba rodeado por 12 laureles de la India (de los cuales quedan 9 solamente).
Sección “A”: nos encontramos con el jardín principal de Johnston, el cual quedaba al frente de la entrada de la casa, dando una vista magnífica. En esta sección se encontraba una especie de laberinto con andadores adoquinados, los cuales dividían el jardín en pequeñas secciones, dentro de las cuales se cultivaban flores de temporada. Dentro de la misma sección “A” se encuentra aún una pequeña fuente, su forma representa una flor de liz, símbolo del emblema de la nobleza francesa, a dicha fuente la coronaba un composte estilo español.
Sección “B”: Se concentran el mayor número de especies de palmas, aproximadamente 75 clases aún sobreviven en el jardín. Desde La Palmera Real de Cuba, La Palmera Fénix de las Islas Canarias, La Palma Azucarera del Archipiélago Malayo, La Bambú de Madagascar, La Coquito de Brasil, hasta La Meelalla de África Tropical por mencionar algunas. Todas ellas artísticamente ubicadas para formar así la “estrella de oriente”, en el centro de la misma convergen  los 6 caminos con que cuenta esta sección.


Sección “C”: Estaba estructurada por un conjunto de canales de agua que dividían así a esta sección, en medio de ésta se encuentra una magnífica diagonal de palmas. Entre las especies concentradas para esta sección, está El Tabachín de Madagascar. Esta sección se ha modificado bastante, ahora en lugar de su forma simétrica se ha construido una especie de lago sin muro de contención, el cual irrumpe con el diseño original, teniendo como única función la crianza de mosquitos.

Sección “D”: Podemos señalar que ésta también se encuentra diseñada simétricamente, la forman un conjunto de tres diagonales, las cuales ofrecen un magnífico espectáculo en otoño “alfombrando en dorado el suelo”.
ª Sección “E”: O block chino encontraremos dentro de la arquitectura de este block, la caprichosa forma del símbolo chino yin-yang o también se le conoce como símbolo de tai-Chi, el cual representa un equilibrio de energías, y el origen del universo. El Tai Chi es la conjunción de dos mitades, el Yin y el Yang o lo que es lo mismo lo negativo (Yin) y lo positivo (Yang), dos aspectos contrarios y complementarios. Afortunadamente esta sección conserva su forma original, empero los caminos que marcan el perímetro de dicha figura están un 
tanto deteriorados.¿Qué pasó?

Si lo anterior te hizo transportarte hacia el mismo jardín del edén, seguramente, al igual que yo también te has de preguntar ¿Y dónde está todo aquello? la estética perfecta, la casa grande, el jardín principal, la fuente ¿Qué pasó con todo, cómo siendo Los Mochis tan joven ha desaparecido tan rápido toda esta belleza?
El diseño original se ha tergiversado por diversos factores entre ellos se encuentran:
El huracán Paúl en 1985 azotó a la población mochitense, dejando no sólo estragos en la población, sino inundaciones y por supuesto la pérdida de muchas especies dentro del jardín botánico, el cual no fue restaurado de inmediato, sino que pasaron varios años para que esto fuese hecho y aún así, no se respetó su forma original.

Cuando el gobierno se hizo cargo del ingenio azucarero en 1962, se abrió al público el jardín. La casa fue quemada y saqueada cuando un grupo de estudiantes pedía la casa para hacerla casa de la cultura o museo, y ésta se les negó. Dicha casa quedó en ruinas, las cuales fueron tapadas con un cerro de tierra sobre el cual, obstinadamente se sembraron cactus. “Y digo obstinadamente pues Yoch, tenía pensado incluir en el proyecto original, una sección especial para vegetación originaria de México, así como arbustos tropicales y cactus nativos del desierto. Definitivamente no fue sólo la casa, se puede apreciar una parte de la piscina y la mitad de la cancha de tenis que también corrieron la misma suerte.

¿Qué pasó con la avenida versallesca que pasaba y conectaba la calle Obregón hasta salir al camino cañero, y el andador empedrado que iba justamente en medio de la misma? ¡Sorpresa! Ya no es avenida versallesca. En el gobierno de López Brito fue deshecho el andador, construyendo un boulevard en sustitución.
La entrada principal fue totalmente modificada, derribaron un laurel de la India de aproximadamente 100 años, para construir las oficinas. Los pilares blancos y ornamentos de terracota quedaron sólo en quienes los recuerdan o imaginan.
Entre las secciones “D” y “B” se encontraba  un espacio completamente despejado, donde se alzaría un soberbio reloj de sol. Dicho espacio ahora funciona como cancha de fútbol (donde iría el reloj, de cuando en cuando lo sustituye una portería).
Teniendo la función no sólo de jardín botánico sino de santuario de aves, éste alojaba aproximadamente 52 especies; ya que por la diversidad de la flora en el jardín, se prestaba para hospedar a todas las especies de clima mayormente tropical. Mas, ¿qué pasó con este fenómeno que año con año ofrecía su espectáculo orquestal, con cientos de sonidos distintos conjugados en la majestuosidad de la naturaleza?
Las aves son animales muy pasivos, gustan de lugares tranquilos y con cierta paz para reproducirse. Esta paz fue vulnerada al momento que se abrió como parque recreativo y no como jardín botánico. A esto le agregamos la entrada de vehículos,  tractores, jugadores de fútbol y la crianza de gatos (no tengo nada en contra de los gatos, es sólo que no se necesita tener mucho raciocinio para saber que los gatos son depredadores por naturaleza y si son criados dentro del mismo parque, rompen totalmente el equilibrio existente en éste, al igual que los patos con sus desechos fecales, acaban con la fauna).
¿Qué pasó con la pérgola que se ubicaba en la primera sección? Apatía o falta de conocimiento al respecto, pues teniendo tan magnífica muestra de arquitectura paisajista, no es posible que se haya dejado al olvido. lo único que queda de esa pérgola, son ruinas de algunos pilares.

La fuente que antes representaba “el orgullo e insignia de la nobleza francesa” sirve ahora de basurero, de pizarrón para aerosoles y en una que otra ocasión, es almacén de materia fecal.



* Del jardín principal, donde se encontraban los andadores adoquinados, no quedan más que unas cuantas guías de ladrillos. Al hacer la reforestación del parque, sembraron árboles silvestres sin el conocimiento previo de la arquitectura del jardín, es por ello que se perdió su forma original, así como muchas secciones del jardín botánico. Una de ellas es el campo visual, el cual es un espacio despejado con pasto (se utiliza sólo para marcar o resaltar algo) estos campos visuales fueron llenados de caobilla la cual también quebranta con la estructura original. ¿Y el espejo de agua? Nunca se construyó.


Pequeñas joyas:
Pero no todo es malo, siempre tiene que haber un equilibrio ¿Recuerdan los dos laureles de la India, ubicados en la entrada principal del jardín que tenían más de cien años? Uno de ellos no corrió con mucha suerte y fue derribado para hacer las oficinas. Para sorpresa mía y de ustedes, el segundo fue ingeniosamente rescatado por el Sr. Miguel Ángel Ibáñez M. en 1994 quien se dio a la tarea de esculpir artísticamente las figuras de Owen, Benjamín F. Johnston, el Indio Bachomo, y por supuesto, el Escudo de Sinaloa; así como también labró los distintos animales que habitan la región como es el tejón, la víbora, tortuga, entre otros.

Afortunadamente no todo está perdido, aún se conservan muchas especies y en algunas secciones permanece intacto el diseño original. Gracias al interés de algunas personas que con su trabajo, nos hacen tener al menos una pequeña conciencia de lo que tenemos, intentan rescatar nuestro patrimonio. Injusto y mediocre sería adjudicarle toda responsabilidad al gobierno que es la representación del pueblo y poco puede hacer sin nuestra colaboración e interés. Ya que también es trabajo de nosotros que somos quien lo visitamos. Aquí no se trata de encontrar ningún tipo de culpable sino de crear una conciencia social. Nada nos cuesta respetar los señalamientos (si no es para mejorar, al menos para conservar lo que aún queda).
¿Por qué hacerlo?
Muy simple, Los Mochis es una ciudad nueva con un poco más de cien años, no existió nunca una evangelización y por ende, no hubo grandes iglesias de exquisitos estilos barrocos o rococó, fue una ciudad edificada bajo los cimientos de una industria azucarera, por medio de la cual empezó a poblarse y crecer  lo que hoy conocemos como “Los Mochis”. En ese caso poca es la herencia artística de la cual podemos gozar pero gracias a la pareja Johnston y Yoch, podemos disfrutar hoy de la herencia natural que así nos corresponde.
Les saluda desde nuestro paradisíaco jardín botánico … Manú Abraxas

Agradecimiento especial

*) Benjamín F. Johnston fundador del ingenio azucarero, foco de la economía mochitense e impulsor del desarrollo agrícola.
**) Florence Yoch´s (1890-1972) pionera en el diseño de jardines en California, cuando aún no existían sistemas de irrigación, diseñó las locaciones de la obra “lo que el viento se llevó”.






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